XI
Respiro porque Baloo me hace sonreír. porque quiero que mi hermano sea feliz. y tengo aguijones en los labios. ¿Cuánto tendré que leer para volver a leerme? ¿Cuándo me templarará la vida? Un poema duele como la realidad; se recuerda una y otra vez; cuando muere y se destruye bajo mis ojos incrédulos. Me anclaré a la muerte para alcanzarte como el hielo a la roca. Los gayumbos aprietan pero la polla más, pero la vida más. Mejoro en cada poema como los chinos en cada Olimpíada hasta que me chupes la punta. Me tienes en la punta y en el punto Estoy hasta los puntos de infectarme de ti. No obstante inyéctate y métete en mí hasta que choques. Cuántas veces he muerto entre las llamas de tus piernas para resucitar como un fénix. Terminamos el día encima de la mesa y el mantel antimanchas; con tus aureolas y mi rocío.
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