Mune a ti. Llueve sobre mi carne antes de que las sombras me devoren. Destruye mi carne nítida y sorbe los jugos intangibles de mi vida Cuántos poemas habrán muerto entre tus labios para que ahora pueda escribirte yo este.
Termino con los versos hechos tiras, contrabandista de tus caricias cuando te miro furtivamente y acabo arrancándote la ropa. Cortado pero malo, soy de una sola droga y acudo a ella cada fin de semana. Me pierdo en las costuras; y soy tan vicioso; y soy tan delicioso... que acabo empapado por tus labios. Nadie merece nada. y tengo mucha suerte. Quiero ahuyentar al mundo vacío.
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