III

El verso se me queda entre los dientes.
Las uñas me ayudan a arrancarlo de las muelas
y lo aplasto y degusto
y me siento vivo, de momento.

Deshago su carne con la lengua
igual que tu clítoris cuando tu pelvis lo pide.

Navego entre la euforia y la depresión
mientras los filtros de mi cerebro
se desgastan y llenan de tus polvos.

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